El fosfato de sodio no incrementaría el riesgo de insuficiencia renal aguda luego de una colonoscopía de rutina en comparación con el polietilenglicol

Fuente: Clinical Gastroenterology and Hepatology 2014;12:1514-1521

Comentario

La limpieza colónica con preparaciones con fosfato de sodio (FTS) es efectiva, sin embargo se ha reportado un aumento del riesgo de padecer una injuria renal aguda (IRA), secundaria al aumento abrupto de los niveles de fosfato en sangre. En voluntarios sanos, se vio que se absorbe alrededor de un 50% de la preparación a nivel del intestino y se excreta un 14% por vía renal. El fosfato retenido podría tener efectos sistémicos al depositarse en distintos tejidos luego de unirse con el calcio. Aún no está claro qué consecuencias podría tener este depósito, sobretodo en poblaciones consideradas de riego para daño renal. La mayoría de los trabajos publicados no son concluyentes, o poseen como mayor limitación un bajo poder, secundario a un insuficiente número de pacientes. Por otro lado, no discriminan entre quienes se realizan estudios en forma ambulatoria o internados, lo cual implica poblaciones no siempre comparables. La FDA desaconsejó el uso de FTS en pacientes con trastornos renales en el año 2008.

Este estudio es una cohorte retrospectiva, proveniente de una base de datos secundaria, que listaba los motivos de demanda de atención de pacientes hacia sus planes de cobertura médica de Estados Unidos. Se analizaron pacientes de entre 50 y 75 años, que habían sido sometidos a una videocolonoscopía (VCC) por vigilancia, de manera ambulatoria, desde enero de 2000 hasta noviembre de 2008. Se consideró como período de exposición 30 días previos a la VCC, período durante el cual se había prescripto la preparación colónica, ya sea con FTS o con polietilenglicol (PEG). El seguimiento comenzó el día de la VCC y continuó por 6 meses. Se excluyeron aquellos pacientes que durante el año previo a la VCC hubieran presentado daño renal agudo, falla renal de etiología desconocida, rabdomiólisis, en diálisis o en evaluación pre-trasplante. El evento principal fue injuria renal aguda (IRA), definida según los códigos del nomenclador de la 9na revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Las co-variables consideradas, además de los datos demográficos de la población, fueron factores de riesgo para daño renal, medicación habitual y aquella iniciada durante el período de exposición. Se estimaron los hazard ratios (HR) para el desarrollo de IRA con un modelo de regresión de riesgos proporcionales de Cox. Se generó un score de propensión para tratamiento, utilizando todos los potenciales confundidores y se macheo el análisis para detectar desigualdades entre grupos. Se realizó un análisis de sensibilidad en el que se evaluaron por separado los pacientes intervenidos antes del 2005 (ausencia de reportes de daño renal por FTS) y entre dicho año y el 2008 (la FDA desaconsejó el uso de FTS en pacientes con riesgo de IRA).

Se analizaron 550696 pacientes, 429430 habían recibido PEG y 121266 FTS. Hubo un leve predominio de mujeres en ambos grupos. En el grupo que recibió PEG, la media de edad y el consumo de drogas fueron mayores, así como la prevalencia de co-morbilidades, tales como diabetes, insuficiencia renal crónica, hipertensión y trastornos cardiovasculares. La frecuencia de hipercalciuria y de litiasis renal reciente fue similar en ambos grupos. La media de seguimiento fue 170,7 días (DE 32 d). Se registraron 1595 episodios de IRA, 241 (0,2%) en el grupo que se preparó con FTS y 1354 (0,3%) en el que lo hizo con PEG. Otros eventos como falla renal o requerimiento de diálisis no mostraron diferencias entre ambos grupos. El HR crudo de IRA para el grupo de FTS comparado con el PEG fue de 0.63 (IC95% 0,55-0,72) y el HR ajustado por comorbilidades (ERC, >60 años, diabéticos, litiasis, hipercalciuria, AINES y con tratamiento por tiazidas) resultó 0,86 (IC95% 0,75-0,99). El análisis utilizando el score de propensión mostró que ambos grupos, FTS y PEG, son comparables. El HR macheado fue 0,85 (IC95% 0,72-1,01). Asimismo, el análisis de sensibilidad por períodos, (hasta el 2004 y desde el 2005 al 2008) tampoco mostró diferencias significativas.

Ya que la evidencia previa no ha sido concluyente en relación al posible riesgo de complicación por FTS, y considerando que realizar un ensayo clínico no sería ético dado que la FDA ha desaconsejado su uso en este grupo de pacientes, esta cohorte posee ciertas ventajas sobre los estudios previamente publicados. Analiza pacientes exclusivamente del ámbito ambulatorio y define el período de seguimiento. Es innovador, al utilizar un score de propensión que permite homogeneizar ambos grupos y hacerlos comparables. Esta es una herramienta útil en los estudios observacionales, dado que permite estimar un efecto causal de los tratamientos estudiados. Además realiza un análisis ajustado por numerosos factores de riesgo, así como medicación concurrente.

Dentro de las limitaciones, se destaca el hecho de que el factor de exposición (FTS o PEG) esté determinado por los registros de dispensación en farmacias y que la detección de pacientes con IRA haya sido a partir de la codificación de las patologías de la cobertura social, lo cual baja la sensibilidad de los datos. Como todos los estudios observacionales, existe la posibilidad de que no hayan sido consideradas co-variables que pudieran estar directamente asociadas al evento IRA. La base de datos secundaria utilizada, podría no ser generalizable a otras poblaciones fuera de los Estados Unidos.

En base a los resultados antes mencionados, este estudio no encontró un incremento del riesgo de IRA asociado al uso de FTS, aún en los subgrupos de mayor riesgo.

Realizado por: Dra. María Julieta Argüero

Pancreatitis aguda idiopática

Endosonografía vs colangiopancreatoresonancia en pacientes con pancreatitis aguda idiopática

Fuente: Digestive Diseases and Sciences

Comentario

A pesar del progreso en el diagnóstico por imágenes, muchos pacientes con pancreatitis aguda siguen sin tener un diagnóstico etiológico. Según los reportes, 25-30% de los casos de pancreatitis aguda son diagnosticados como idiopáticos debido a la falta de evidencia clara de litiasis biliar u otra causa.

La eficacia de la endosonografía (EUS) en el diagnóstico de la pancreatitis aguda idiopática (PAI) es ya conocida, debido a que es capaz de detectar litiasis biliar oculta pequeña (=o<4mm) en la vesícula o vía biliar. También contribuye al diagnóstico de la pancreatitis crónica, o de pequeños tumores responsables de PAI como los IPMN. La colangiopancreatoresonancia (CPRMN) ha avanzado en los últimos 10 años y también es capaz de detectar pequeños cálculos en la vía biliar y anormalidades en los ductos pancreáticos.

Se desarrolló un estudio prospectivo para comparar estas dos técnicas en el diagnóstico etiológico de la enfermedad, realizadas luego de la fase aguda de la enfermedad.

Se incluyeron en el estudio, durante 2008 y 2010, 128 pacientes con diagnóstico de pancreatitis aguda. Luego de los estudios de primera línea (serología, ecografía abdominal y tomografía computada), si no se hallaba la etiología, se realizaban luego de dos meses (o más si la pancreatitis era severa) los estudios de segunda línea (EUS y CPRMN).

Con los estudios de primera línea, se realizó diagnóstico etiológico en 83 casos de pancreatitis aguda. De los 45 pacientes a los que se diagnosticó PAI, 38 realizaron EUS y CPRMN.

La EUS y CPRMN lograron identificar la etiología en 19 pacientes (50%). El rédito diagnóstico de la EUS fue mayor (29 vs 10,5%). La EUS detectó con mayor precisión los cálculos biliares y la CPRM identificó mejor las anormalidades ductales, los IPMN.

En conclusión, la EUS es más eficiente que la CPRMN en el diagnóstico de PAI, sin embargo el uso de las dos metodologías es válida. La EUS caracteriza mejor las lesiones parenquimatosas y la CPRMN da una mejor visualización global de los ductos. La CPRMN es menos invasiva y menos costosa que la EUS, aunque la performance de esta última es mayor.
Teniendo en cuenta la alta incidencia de la microlitiasis como causa de la PAI, es difícil reemplazar la EUS debido a su mayor habilidad en reconocer la microlitiasis sobre la CPRMN.

Por lo tanto según este estudio, desde un punto de vista práctico y económico, se podría comenzar realizando el diagnóstico con EUS, y si ésta es negativa o dudosa, seguir por la CPRMN.

Realizado por: Dra. Inés Oría

Artículo original:
Endoscopic Ultrasound and Magnetic Resonance Cholangiopancreatography in patients with Idiopatic Acute Pancreatitis.
Aldine Thevenot, Barbara Bournet et al.
Dig Dis Sci 2013. 58 (8):2361-2368.

Resección de pólipos colónicos pequeños en pacientes anticoagulados: estudio prospectivo randomizado comparando polipectomía convencional versus resección con asa fría

Fuente: Gastrointestinal Endoscopy

Comentario

Actualmente las guías de la ASGE (American Society of Gastrointestinal Endoscopy) consideran a la polipectomía convencional o con asa fría como un procedimiento de alto riesgo en pacientes anticoagulados, por lo que recomiendan la suspensión de la anticoagulación antes de la realización de dicho procedimiento.

Esta recomendación se base en la evidencia disponible que establece que el riesgo de sangrado post-polipectomía en pacientes anticoagulados es de aproximadamente 10%. Sin embargo el riesgo de eventos tromboembólicos luego de la interrupción de la anticoagulación es de aproximadamente 3%.

En este trabajo publicado en la revista Gastrointestinal Endoscopy por un grupo japonés se plantea como interrogante el riesgo de la polipectomía convencional versus la polipectomía con asa fría en paciente anticoagulados sin mediar la suspensión de la misma.

Se trata de un estudio prospectivo randomizado realizado en un sóolo centro de Japón, en el cual se incluyeron durante 10 meses pacientes mayores de 20 años que se encontraban anticoagulados y que presentaban pólipos menores a 10 mm en una colonoscopía de tamizaje. Los criterios de exclusión fueron: embrazadas, ASA III o IV, obesidad (>100 kg), alergia al propofol o preparación insuficiente que impidiera la observación de por lo menos el 90% del colon. El desenlace primario fue el sangrado diferido (dentro de las primeras 2 semanas del procedimiento que hubiera requerido intervención endoscópica) y el desenlace secundario: sangrado inmediato (sangrado rezumante durante el procedimiento por más de 30 segundos que hubiera requerido colocación de clip hemostático).

El cálculo muestral estimado fue de 53 pacientes en cada grupo, sin embargo se realizó un análisis intermedio durante el curso del estudio que evidenció un alta taza de sangrado con la polipectomía convencional (40%) por lo cual el estudio fue detenido. Finalmente se incluyeron en forma prospectiva 77 pacientes, de los cuales 7 fueron excluidos por presentar lesiones mayores a 10 mm. Todos los pacientes fueron randomizados quedando 35 pacientes en el grupo convencional (GC) y otros 35 en el grupo con asa fría (GF). Ambos similares respecto a las características demográficas.

En el GF se resecaron 78 pólipos con un tamaño promedio de 6,5 mm y en el GC 81 con un tamaño promedio de 6,8 mm. Respecto del sangrado diferido, se observó una diferencia significativa entre ambos grupos, siendo de 14% (5/35) en el GC vs. 0% (0/15) en el GF; P=0,027. El sangrado inmediato fue de 5,7% (2/35) vs. 23% (8/35) respectivamente; P=0,042. El Odds ratio para sangrado post-polipectomía del GC fue de 6,5 (IC 95%, 1,9-22,5). En cuanto a el estudio histopatológico de los pólipos, no se evidenció diferencia en la taza de resección completa entre ambos grupos. Sí se observó una diferencia estadísticamente significativa en la presencia de arterias submucosas en las muestras analizadas: GC 47% vs GF 32%, P=0,049. Asimismo, la presencia de arterias submucosas lesionadas fue también mayor en el GC: 22% vs 39%, p=0,023.
En conclusión, este trabajo evidencia que la polipectomía con asa fría parecería ser un recurso útil y seguro en pacientes anticoagulados; ya que el sangrado inmediato podría ser controlado efectivamente con clips hemostáticos, u otros métodos. En cuanto al sangrado diferido parecería ser mucho menor al estimado con la polipectomía convencional por lo cual sería un método seguro que podría evitar la suspensión de la anticoagulación evitando eventuales eventos tromboembólicos. Una posible explicación a las diferencias observadas entre ambas técnicas podría estar vinculada con la injuria de arterias submucosas, situación más frecuentemente observada en la polipectomía convencional. Si bien se trata de un estudió con una muestra pequeña, futuros trabajos de mayor volumen y multicéntricos podrían ser de importancia para corroborar estos resultados.

Realizado por: Dr. Ramiro C. González Sueyro

Artículo original:
Removal of small colorectal polyps in anticoagulated patients: a prospective randomized comparison of cold snare and conventional polypectomy.
Akira Horiuchi, MD,1 Yoshiko Nakayama, MD,1,2 Masashi Kajiyama, MD,1 Naoki Tanaka, MD,1 Kenji Sano, MD,3 David Y. Graham, MD.
Gastrointest Endosc. 2014 Mar;79(3):417-23.

Actualización terapéutica en esofagitis eosinofílica

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica caracterizada clínicamente por síntomas de mal función esofágica e histológicamente por infiltración…

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica caracterizada clínicamente por síntomas de mal función esofágica e histológicamente por infiltración densa por leucocitos eosinófilos. Su etiología es inmunoalérgica y es desencadenada en la mayoría de los casos por una alergia alimentaria no IgE mediada. En la actualidad se trata de una enfermedad común en Europa, Estados Unidos y Australia, y emergente en América del Sur y Asia. Durante la última década se han producido mejoras sustanciales en el algoritmo terapéutico de la enfermedad, desde la inclusión de los inhibidores de la bomba de protones como fármaco antiinflamatorio, la aparición de nuevos corticoides tópicos diseñados específicamente para la enfermedad, la simplificación y optimización de las dietas de eliminación y la aceptación de la dilatación endoscópica como un tratamiento coadyuvante altamente eficaz y seguro. Esta revisión trata de actualizar e imbricar, desde un punto de vista práctico, las principales opciones terapéuticas disponibles para esta nueva e intrigante enfermedad.

Palabras claves. Esofagitis eosinofílica, inhibidor de la bomba de protones, corticoides, dieta, dilatación.

Javier Molina-Infante, Rodolfo Corti, Judith Doweck, Alfredo J Lucendo
Acta Gastroenterol Latinoam 2018;48(3):242-252

Editora: Revista Acta Gastroenterológica Latinoamericana

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